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Desde la llegada del hombre blanco, hemos pasado de las luchas periódicas al conflicto constante y la deshumanización. A los invasores no les fue dada esta tierra por el creador: ambiciosamente la tomaron. Llegaron con espíritus diferentes. El espíritu que habitaba sus almas, intentó robar, mentir, estafar, matar y gobernar a esta tierra desconocida y a sus habitantes. Este era el mundo en el que nacimos. No éramos más los niños del creador (indios) sino las víctimas de una matanza insaciable para la ganancia personal del poder maniático, riquezas y recursos. Incluso la iglesia de los descargó su ira en complicidad con los mercenarios de los estados monárquicos. Los derechos humanos no existían, nos encontrábamos en lucha contra la extinción total. Eso está en el pasado, son errores de ayer, dicen, trabajemos juntos por un mejor mañana, y en esto está la causa de las fricciones. Nuestra pregunta es: ¿como lo hacemos hoy? Mañana suena maravilloso, pero alguno de nosotros nos quebramos en la lucha por llegar a mañana, lo que nos deja a algunos de nosotros viviendo una superficial existencia en nuestra tierra de la plenitud, que ya no es nuestra para manejarla como nos instruye el creador. Los gobernantes actúan como si tuvieran la perspectiva espiritual y correcta de la condición humana frente a ellos, lo cual supuestamente les da la habilidad infalible de escoger que dirección tenemos que seguir todos, pero la verdad, ni siquiera son políticamente correctos y mucho menos espiritualmente. Estos poderosos políticos y gobernantes están haciendo lo que mejor para todos nosotros, todos los días, en todos sentidos. Podemos descansar seguros de que esta es la directiva idónea de esta cultura y sus líderes elegidos y dirigidos por los electores. Este es el duro y áspero retrato de la existencia humana. Honestamente deseo que hoy hubiera un enfoque histórico diferente para nuestras vidas. El registro está ahí para que todos lo veamos. Fuera de esta atmósfera la entidad tribal moderna todavía se sostiene, se mantiene viable, lucha todavía como las semillas del suelo ennegrecido del bosque quemado con la promesa de traer de nuevo la manifestación de la vida. Pero no somos árboles que buscan nada más vivir, porque nuestros ancestros caídos dieron su existencia para que recordáramos de donde venimos. Nosotros somos los Haudenausauee, la gente verdadera. A partir de este conocimiento, estos hombres suspirán por ofrecer y reinstalar una parte esencial de la vida humana: el espíritu del creador. Esto se hacía con el conocimiento de que todos somos habitantes de la tierra por el mero acto de nuestro nacimiento. Todos estamos aquí por la gracia del creador con ciertos derechos inalienables. ¿Cuáles son esos derechos y cómo reclamarlos?, son las enseñanzas de Kiva y la Iglesia Nativa Americana. Los esfuerzos de estos intentos del shamán están teniendo lugar y son ofrecidos a través del portal del Valle de los Tótems. Estás invitado a visitarlo en cualquier momento, cualesquiera que sean tus razones. Sinceramente,NéIsthé, Fundador y benefactor |